
En el infierno de los ascensores
te dire
eres el apendice
que el matasanos no extirpa jamás
y quisiera viajar lejos
donde no me moleste tu carne
que es mi carne
mientras me tragas de a poco
cuan parásito
cuan infeliz verdugo
y temo a tu hermosura infeliz
y le temo a la sombra
que tu cuerpo le da
a mi existencia
satelite
apendice
parasito insano
me tragas al hablarme
me entierras la duda
me sacas el amor
me estancas
lagartija
mujer
utero
condena
1 comment:
Catarsis poética para liberarnos de los fantasmas. ¿Recuerdas cuando te conté que me habían dicho que decir “está bueno” o “está bonito” era como sinónimo de que la poesía del autor no te había provocado nada? Ahora, en tu poema, tengo el ejemplo preciso: no hay adjetivos para definirla, para criticarla, es imposible encontrar su símbolo en una palabra simple, es energía pura o turbia (no lo sé pero) que se transmite como un evidente virus al lector. Al saborear tus letras sólo existen en mi mente las emociones, sensaciones claras que puedo describirte sin dudar de ellas: miedo, si; angustia, si; muerte, también; un placer fisiológico desconocido pero parecido al vértigo, algo así como un escalofrío integral de dolor y belleza dialéctica…
(Fui lo más objetivo posible…)
PAVLO ZAMORANO
Post a Comment